jueves, 20 de noviembre de 2025

Crítica Cinematográfica a La Sombra Del Poder ( Kevin Macdonald, 2009 )

Valoración 2/10

A mis lobotomizados de 30 años.

El grandísimo Miliki, hombre de mundo, payaso inolvidable, hombre-orquesta del circo y el entretenimiento, cautivó a toda una generación de niños con su fuente inagotable de talento. No sobraba arte en el resto de su familia, encantadores de serpientes todos ellos, pero despuntaba Miliki como aquel bufón tierno y maravilloso que dirigía de una manera exquisita a las audiencias infantiles, con sus trucos de tahúr, sus historias cercanas al absurdo y sobre todo con un puñado de canciones que captaban la esencia de la infancia y la inocencia en su punto exacto. Miliki, ¿Que se puede decir de algo como Susanita tiene un ratón? pues, que eras el rey amigo, y como buen rey aunque nosotros crecimos tu nunca nos abandonaste. Cuando los payasos de la tele habían sido olvidados, cuando te dimos la espalda, cuando renegábamos de ti a la primera de cambio, cuando Susanita y tantas otras habían sido destrozadas en noches de etílico sacrilegio, hubiste de volver para recordarnos no sólo quien eras tú si no quien habíamos sido, alguna vez, todos nosotros, a día de hoy pobres diablos esclavos del tedio y la rutina.

 

Háganse un favor, cómprese todos ustedes treintañeros con un pie en la soledad y otro en el abismo el obligatorio, por medicinal y chamánico, cd, publicado hace muy poquito "A mis niños de 30 años" ¿Se acuerdan de "La gallina Turuleca"? Ahí la tienen y Miliki quiere cantársela de nuevo, mírense de paso la barba y aféitensela al ritmo de "Mi barba tiene tres pelos", de camino al trabajo pongan a todo volumen en su coche aquel himno de la excursión y la bocina que era, es y será "En un auto nuevo". Pueden decirme, estimados adultos, que ya tienen el cd y que les ponen esas canciones a sus hijos. Mentira, esas canciones te las pones para ti y tus hijos seguramente piensen que eres un chiflado y aunque disfrutarán como no podría ser de otra manera, no lo harán ni la mitad que tu, que deseas sin duda arrancarte la corbata y cantar a pleno pulmón a la pata coja encaramado en la mesa de la cocina.


Y si yo quería hablarles de Miliki era en realidad para compararlo con Hollywood. Hace 30 años Hollywood bullía, y seguía elaborando magia. Pero aquello hace mucho que se terminó. Hollywood ha muerto y una vez asumido su deceso pretende idiotizar al máximo a todo su público potencial. Esta película, dirigida supuestamente a la audiencia treintañera es una buena prueba de ello. ¿Que se pretende con algo tan malo? La lobotomización del adulto medio, que ha tirado la toalla en casi todo. Va al cine, en un acto más realizado por inercia y cree además que ha visto algo bueno, porque le han dicho que es bueno, pero si pudiera pensar libremente durante unos segundos se daría cuenta de que ha desperdiciado su tiempo y que aquello no vale para nada. Porque lo que necesita Hollywood ahora mismo, lo único que puede salvarlo es un Miliki que le haga recordar lo que fue, mientras seguimos esperando nos pondremos otra vez sus canciones, el antídoto perfecto para tanta lobotomía.

 

( Del Libro " EL CINE QUE RESPIRA ", Oviedo 2014 )




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