Nada por que llorar (Letra y música: José Piedralba)
Cuando el amor ha dolido y
vuelve la soledad
Hay unos ojos que esperan
detrás de cada mirada
Otros que buscando alteran la
sed de la madrugada
Como un salvaje latido
quebrado por la mitad.
Labios, pieles femeninas
entre nubes de licor
Todas las lunas son nuevas,
todas las lunas son bellas
Renaciendo cuando pruebas, el
beso de alguna de ellas
Y se secan las espinas sobre
el néctar de otra flor.
Ungüento carnal que yace
ajeno a todo pudor
Noche de tez cenicienta,
eclipse que se alimenta
Con el recuerdo que nace cuando
muere el desamor.
Sabe mejor el olvido si se
cura acompañado
Y las caricias desnudan al
alma de sus heridas
Corazones que se anudan sin
prisas ni despedidas
Desprovistos del vestido, de
la hiel y del pasado.
Donde un te quiero aun no
existe aunque lo pida tu boca
Los besos abandonados reviven
bajo la llama
De amores despreocupados
desordenando la cama
Curando lo que fue triste
sobre la piel que se toca.
Lágrima gris que se seca
bajo la complicidad
Horizonte que se llena
equilibrando la pena
Y nuevamente se peca sin
reloj ni ambigüedad.
Pasión como un elixir que
escarcha al son del azar
Mutuo placer que palpita,
sobre la llaga marchita
Queda mucho por sentir y
nada por que llorar.
(Del Disco-Libro "CORAZONES EN EL PRECIPICIO", Oviedo 2013)
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