Valoración 7/10
Holden Caulfield tenía una misión.
Es difícil determinar con precisión
hasta que punto Mark Chapman estaba fusionado con el protagonista de El
Guardián Entre el Centeno. Y más difícil aún enlazar dicha patología con el
desencadenante a posteriori del asesinato de John Lennon a las puertas del Edificio Dakota. Es la conexión entre ambas
cosas lo que no termina de encajar y hace entrever que Chapman era un psicópata
complejo, de vertiente múltiple e imprevisible. Y esa es la principal laguna de
la película. Se intenta estudiar a Chapman a través de una radiografía de su
peregrinación a New York intentando casar y comprender el rompecabezas de su
cerebro y se consigue parcialmente bien cuando se le analiza desde la
perspectiva de su analogía con Holden Caulfield, pero falla cuando la misma se
conecta de manera un tanto arbitraria con la figura de John Lennon del que
nunca sabemos con claridad por que es el objetivo último de Chapman, su
verdadera fin, el por que de su devenir en el mundo.
Es curioso como Chapman se comporta en
todo momento como Caulfield, recitando sus frases, realizando sus actos,
ensalzando al personaje como el todo filosófico y vital que dirige su mente y
sin embargo, tiene un desconocimiento bastante remarcable de los avatares
vitales de su otro pilar existencial. No es un fan al uso de los Beatles, ni
tampoco de John, se siente amante de su música pero ni se encuentra al día ni
recuerda cosas que serían fundamentales para cualquier seguidor medio. Hay un
punto intermedio que no se muestra, la conexión entre el ser (Caulfield) y su
realización última (asesinar a John Lennon).
Cinematográficamente Chapter 27 funciona
apoyado fundamentalmente por una dirección sobria, elegante y comedida y sobre
todo por la excelente interpretación de Jared Leto, presente en todas las
escenas del film. Las partes más relajadas, aquellas en las que Lindsay Lohan
comparte pantalla con Leto, se agradecen por ser un contrapunto al infierno
continuo que Chapman tiene en su cabeza. Lohan se maneja bien en su papel de
fan de los Beatles y especialmente de John aunque también deja entrever
detalles de un amor excesivo hacia la figura del músico que podrían estar
también cercanos a la obsesión y a la enfermedad aunque sea desde la
perspectiva de la admiración y el platonismo.
A diferencia, por lo que parece, de un
sector de fans de John Lennon a mi sí me ha gustado la película, siempre me ha
interesado la figura de Chapman, precisamente porque Los Beatles son mi grupo
favorito y porque John Lennon es una figura fundamental en la historia del
Siglo XX. No me incomoda conocer más profundamente detalles de su asesino y este
film me ha aportado cosas y me ha resultado bastante interesante.
Indispensable, eso sí, para entender el periplo de Chapman resulta haberse
acercado primero a la polémica obra de Salinger.