Valoración 9/10
Utopías bellas, realidades macabras.
Bajo un Hollywood agonizante en ideas y
contenidos no deja de resultar lógico que la mejor película del año 2006 nos
haya llegado de Europa. Alemania nos regala esta joya volviendo la vista al
pasado reciente de la República Democrática, abriendo el telón a un mundo tan
aislado como gris.
La vida de los otros es una película valiente y necesaria. Incluso ya entrados los años 80, en España, así como en otros países, aún se tenía la idea de que bajo los regímenes socialistas se escondían unos mundos multicolor donde todo era paz, armonía y buen rollo. Bajo esta premisa, personajillos de todo tipo no dejaban de proclamar a los cuatro vientos las maravillas de tales reinos de fantasía anteponiendo sus supuestas virtudes a los defectos de nuestros sistemas democráticos. Curiosamente aunque esta gente era muy persistente y pesada y no dudaban en proclamarse “rojos” en toda ocasión y lugar no acostumbraban a hacer las maletas para cruzar definitivamente el espejo cual Alicia mudándose para siempre al mundo de Oz. Temían sin duda encontrarse algo desagradable pero eso no les impedía seguir con su cantinela hipócrita que quedaba muy bien en entrevistas y promociones y en muchas situaciones de la vida en general. Si es que no hay nada mejor que ser comunista mientras no se viva en China.
Hubieron de caer un montón de ladrillos
para que la utopía (o la caradura) dieran paso a realidades menos agradables y
mucho más siniestras. En el mundo de Oz no había un sendero de baldosas
amarillas si no una ciénaga de despotismo y desigualdad donde la minoría
dirigente aplastaba al pueblo llano mientras nadaba en inabarcables riquezas.
Lo de siempre vamos, pero peor si cabe. Derechos laborales nulos, explotación,
pobreza, censura, falta de todo tipo de libertades básicas... Los telediarios
nos producían la carcajada (o nos helaban la sonrisa) con lo que por aquellos
días eran titulares muy habituales del tipo “La esposa del Capitán Garfio,
Soberano Dictador del País de Nunca Jamás, guardaba en su palacio más de 3000
pares de zapatos. Mientras tanto Peter Pan y Wendy malviven hacinados en una
chabola de las afueras sin agua corriente. La única luz se la proporciona
Campanilla”.
La Vida de los Otros apuesta por
hablarnos más de la realidad que de la utopía. Es cierto que podía haber sido
más explícita y certera en su denuncia pero por su fondo latente de crítica al
totalitarismo me parece de recomendada visión tanto para aquellos que
participan en la vida política bien sea como votantes o de manera más activa como
para aquellos que viven totalmente alejados de ella como es mi caso.
Desde el punto de vista formal y narrativo está muy bien realizada y sigue los patrones del cine más clásico donde los personajes se redimen a través del amor y el perdón. Su precioso final cierra de manera perfecta un guión muy elaborado.
(Del Libro "EL CINE QUE RESPIRA", Oviedo 2014)