viernes, 29 de marzo de 2024

Crítica cinematográfica a Eduardo Manostijeras (Tim Burton, 1990)

Valoración 10/10

Yo quiero ser como tú, amigo Eduardo.

Yo quiero ser como tú, amigo Eduardo. Quisiera poder amar a mi padre con la pureza con la que tú lo haces. Te creó inacabado, pero le amas igual. Tu padre que te enseñaba cuantas tazas de te era necesario aceptar y cuantas rechazar, tu padre, que paraba su sabia explicación para leerte poesía. Nunca le reprochaste que no te diera manos, es más se lo agradeciste con tu creatividad, yo quiero ser como tú, amigo Eduardo.

Yo quiero ser como tú, amigo Eduardo, porque desde el primer momento en el que te sacaron de tu hábitat intentaste adaptarte con todo tu corazón a la mezquina vida mundana. Para todos tenías una palabra o un acto amable ya sea poniendo tu cara al servicio de los productos Avon o abriendo una lata de coca cola en una barbacoa.

Yo quiero ser como tú, amigo Eduardo, y hacer cosas bonitas como tus dinosaurios verdes y tus estatuas de hielo. Me bastaría saber hacerlas con mi cuerpo que a primera vista no está trabado pero tal vez se trate de eso tú utilizas tu deformidad para crear belleza, los tipos normales como yo y como los vecinos que a ti te rodean pocas cosas podemos hacer que se salgan de lo rutinario, yo quiero ser como tú amigo Eduardo.

Yo quiero ser como tú, amigo Eduardo, y enamorarme de una chica imposible por el simple hecho de enamorarme. Sabes que nunca podrás abrazarla pero la amarás igual y robarás y matarás por ella pero no por dinero o por hacer daño sino simplemente por amor, yo quiero ser como tú, amigo Eduardo.

Yo como quiero ser como tú, amigo Eduardo, porque eres un tipo sabio que repartiría una bolsa llena de dinero encontrada al azar entre sus seres queridos. ¿Dársela a la policía? ¿Qué haría la policía?: repartirla entre sus "amigos" (que no seres queridos), yo quiero ser como tú amigo Eduardo.

Yo quiero ser como tú, amigo Eduardo, porque hay que saber llegar al límite en el momento justo. Ese límite donde no importa pinchar una rueda de un coche o cortarle una pata a un dinosaurio verde. Yo siempre llego al límite a destiempo y cuando eso sucede no hago más que tonterías, yo quiero ser como tú, amigo Eduardo.

Yo quiero ser como tú, amigo Eduardo, porque aunque pierdas a la chica sabes que la has ganado para siempre y ella nunca podrá ver la nieve de la misma forma y le contará a sus nietos una y otra vez tu hermosa historia que es a la vez la suya. Yo cuando pierdo a una chica me niega hasta el saludo.

Yo quiero ser como tú amigo Eduardo...


(Del Libro "EL CINE QUE RESPIRA"; Oviedo 2014)




viernes, 22 de marzo de 2024

Soneto de Primavera (Naturaleza)

NATURALEZA

¡Qué hermosa eres al sol de la mañana!

sabia, infinita, eterna, delicada

¡Qué hermosa bajo la luna estrellada!

la vida que en plenitud de ti mana.

 

De formas y colores artesana

con verde corazón y piel de hada

dibujas pincelada a pincelada

el mar, la tierra, el árbol, la manzana.

 

Madre naturaleza que belleza

esconden tus secretos imposibles

entre la luz del cielo y la maleza.

 

Corre por tus arterias intangibles

el don de marchitar a la tristeza

y el de hacer a las urbes invisibles.

 

(Del Libro "SONETARIO", Oviedo, 2006)




miércoles, 13 de marzo de 2024

Soneto a la guitarra

GUITARRA   

Por musa del poeta y la cigarra

del triste y del bohemio marinero

una y ciento le debo y puedo y quiero

cantarle este soneto a la guitarra.


Sonido que emociona y que desgarra

la pena con su tono y su salero

caja de música, imán y sonajero

latido inseparable de la farra.


Tú que fuiste manjar en mi lactancia

saber en mis periplos escolares

y la novia más bella de mi infancia.


Mis dedos convertiste en malabares

mi oído en un estanque de fragancia

y mi sino en ser trovador en bares.


(Del Libro "SONETARIO" , Oviedo 2006)




miércoles, 6 de marzo de 2024

Crítica cinematográfica a El Golpe ( George Roy Hill, 1973 )

 Valoración 10/10

La niñez.

Hubo un tiempo en el que encender la televisión podía ser sinónimo de entretenimiento, evasión y calidad. Hace muchos años  de eso pero a menudo mis ojos de niño vuelven al pasado cuando a traición una televisión encendida te escupe en la cara la triste realidad actual en donde programas que solamente dan vergüenza ajena se suceden una y otra vez, día tras día en todas las cadenas donde apenas existe ya un espacio para el buen cine.

En mi lejana niñez con solo dos canales a nuestra disposición solía haber al menos una gran película diaria. Un día tocaba Primera Plana, al siguiente Días de Vino y Rosas o tal vez Vértigo, o Sopa de Ganso o por que no El Golpe.

Mi edificio era un corral de niños cinéfilos. Cuando terminábamos nuestra enésima carrera de chapas o cuando una resignada madre nos decía una y otra vez que ya iba siendo hora de dejar de machacar las teclas del Spectrum comunitario que tenía el niño rico del 2º B, sabíamos que después de la cena tocaba una película más como parte indispensable de nuestro crecimiento.

Recuerdo la noche que pusieron El Golpe. Mi padre ya me avisó por la mañana “la de esta noche si que es buena”, dijo. Aquel día El Golpe fue la comidilla en el patio vecinal. Todos los papás habían avisado a sus respectivos vástagos y la tarde se nos hizo muy larga, más aún sabiendo que uno de los protagonistas era aquel tipo que una vez se había tragado 50 huevos, hazaña por la cual era considerado un héroe indiscutible entre todos nosotros.

Y vimos El Golpe. Y no hay nada más que decir, salvo que el efecto que causó en nuestras vidas perdura hasta hoy.

Y que así sea por muchos años.


(Del Libro "EL CINE QUE RESPIRA", Oviedo 2014)




Soneto a Bogart

Bogart Curtido rostro, cicatriz, piel seca petrificadas venas, tipo duro cínica sonrisa, agridulce mueca nubes en la frente, en el alm...